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domingo, 6 de octubre de 2013

Teatro Caupolicán. La historia de una leyenda.





Caminando no muy alejado del sector de donde vivo, puedo llegar perfectamente a calle San Diego, son solo dos horas de caminata lenta y de mucho mirar como es mi costumbre, para encontrar edificios, momentos y detalles interesantes. como por ejemplo el Teatro Caupolicán, un teatro que tiene una larga historia de tiempos buenos, de tiempos en que fue prácticamente olvidado por completo y de resurrección estelar.

Enrique Venturino Soto, uno de los
administradores
 que mas vida le dio al lugar.
Imagen de Urbatorium
Su ubicación exacta es en Calle San Diego 850 entre calles Copiapo y Coquimbo. Es una construcción antigua pero con varias modificaciones en sus años de existencia los cuales comienzan en 1936, pero siempre contando con cómodas butacas, seguras y amplias instalaciones, con 32 cámaras de seguridad con circuito cerrado de televisión, cafetería servicios higiénicos, un miniteatro interior etc. todo lo que la Caja de Empleados Públicos considero necesario cuando financio el proyecto de construcción del lugar, proyecto que destacaría ser el primer recinto de espectáculos a nivel internacional de Santiago. Su primera administración fueron Echeverria y Fariña, pero  luego pasara a manos del hombre que realmente le dio vida al recinto, Don Enrique Venturino Soto quien tomara el control del recinto a comienzos de los años 40 y que no parara hasta su muerte. Venturino a su vez era propietario de la empresa  chilena Cóndor, por lo que era muy conocido, y aprovechando esta fama y sus contactos es que al teatro lo llenara de espectáculos de calidad internacional.

Venturino Soto fue ademas un gran impulsor del circo Chileno, tanto así que fundo el prestigioso circo Las Águilas Humanas, que dio sus funciones durante un tiempo en este teatro cuando se le conocía como Teatro Circo, cabe señalar que seria en esta época que Abraham Lillo Machuca descubre trabajando en el circo su veta como comediante y payaso, saltando rápidamente a la fama y siendo el maestro fundador de su propio circo, Los Caluga.

Cuando el Teatro Caupolicán era Teatro Circo.
Una vez rebautizado el Teatro Circo como Teatro Caupolicán, es cuando su esplendor alcanzara su máxima manifestación, colocando a Santiago de Chile dentro del circuito de grandes espectáculos internacionales en sudamerica, trayendo artistas como Louis Armstrong, Chaterine Valente, Duke Ellington, Bill Heley y sus cometas, Jorge Negrete, Lucho Gatica Raphael, Lola Flores, la filarmónica de Nueva York, y hasta un concierto privado de Fergie. Sin embargo,  esta época se vio opacada por un periodo que amenazo gravemente al teatro a terminar como otros, en el olvido, la quiebra de la empresa en 1984 debido a la recesión de la época, llevo al teatro a caer en manos del Club Social Deportivo Colo Colo, cambiando nuevamente de nombre a Monumental. En esta época los espectáculos fueron principalmente de rock, causando algunas molestias de los locatarios aledaños y algunos vecinos, finalmente la situación se agoto y agoto a la gente quedando el teatro abandonado y rematándose en el 2004, entonces adquiere la propiedad la familia Aravena, relacionada a los espectáculos empresariales y lo reinaguran como Caupolicán a fines del 2005, con el grupo argentino Los Nocheros.

Podemos decir que desde sus inicios el Teatro estuvo abierto a todo tipo de espectáculos desde los internacionales de primer nivel, pasando también por jornadas deportivas como el primer titulo sudamericano de basquetbol femenino que gano Chile en el año 1946, o las jornadas de boxeo en las que participaron figuras como Arturo Godoy, Antonio Fernandez, Godfrey Stevens y Martín Vargas, hasta actividades político-sociales como el "Caupolicanazo" en el que participaron personajes como Alessandri, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende Gossen y por supuestolos ya antes nombrados y sigue dando que hablar. Hoy esta en manos de Antonio Aravena, Hijo del "Padrino", el Fallecido Empresario creador de los legendarios clubes de la década de los setenta. El desea conservar el teatro cercano en su estructura a lo que era desde sus inicios, es decir conservar la idea de anfiteatro romano de pista redonda con todas las características que ya mencione párrafos mas arriba. afortunadamente adquirió cierto reconocimiento y ayuda por parte del estado ya que fue declarado este mágico lugar como Edificio de Conservación Histórica.

La otra cara del teatro, una leyenda paralela: El Tony Fantasma del Caupolicán.

Como toda edificación antigua, siempre tiene una historia, una leyenda que contar, esta vez no hay excepción al parecer la historia tiene cuna en los años 40 cuando don Enrique Venturino le dio cabida en el Teatro a los artistas circenses., pasando entonces por los pasillos de este teatro decenas de ellos esto sucedió hasta que asumió Colo Colo la administración del lugar, entonces los payasos se fueron excepto uno que se convirtió en parte del alma del lugar.

Don Jorge Figueroa, un hombre que llego en 1960  a este teatro buscando una razón para su vida, y la fama también, termino convirtinedose en el mayordomo del lugar y hasta el día de hoy cumple estas labores si su salud se lo permite. pero lo importante no son sus años o lo que hace, lo importante es lo que tiene que contar. El narra que ya varias veces le ha tocado ver al payaso fantasma usando la peluca del gremio y que calza 74. si le preguntan como llego este fantasma aquí, el responde sin titubear que por aquellos años ( '40) muchos payasos llegaron a probar suerte, y muchos se quedaban a dormir por que no tenían donde hacerlo, uno de ellos se quedo para siempre, quizás aun no se entera que ya no es de este plano, quien sabe.

Entre las travesuras de este payaso fantasmas , ademas de sus paseos , esta el movimiento de objetos, por ejemplo caídas de butaca, cierre de puertas solas y silbidos imitando el tradicional silbido de Venturino para llamar a las personas.

Para la sección del programa Mucho Gusto,  "Misterios de la ciudad", el investigador Freddy Alexis visita el Teatro Caupolicán para verificar esta historia, y tuvo éxito, puesto que gracias a la cámara infrarroja logra captar sus movimientos en el salón Vip donde antes funcionaban las caballerizas.



Quizás para muchos aun sea solo un cuento sensacionalista, pero para otros no, por ello es importante tomar las cosas con seriedad y respeto necesarios. Después de todo aunque no fuera cierto, los mitos y leyendas de la ciudad son parte de un patrimonio que merece un lugar dentro de las creencias mas folclóricas de la gente. y no por ello le quita el valor histórico y/o cultural mas conservador al inmueble.

Visiten el Teatro, nunca estará de mas, una visita aun lugar tan relevante en la historia de santiago.

Kta